jueves, 14 de diciembre de 2017

Marta y los cuernos (7 min.)


Hacía tiempo que sospechaba de la fidelidad de Marta, que era entonces mi novia. No había hechos definidos y claros, pero ella dejaba aquí y allá pistas sugerentes: no estar en la casa por la noche, cuando la llamaba, algunas distracciones extrañas, un tono distraído en algunas de nuestras conversaciones telefónicas, como si estuviera con alguien.

Esa mañana la llamé desde el trabajo y esa sensación de que estaba con alguien se hizo demasiado patente. Alguna frase entrecortada, una exclamación inexplicable, en fin, indicios que coincidían en una sola y única conclusión. Acorté la comunicación, fijando una cita para la tarde. Así no esperaría nada de mi parte que interrumpiera lo que fuera que estaba haciendo. Con un pretexto cualquiera me fui de la oficina: era pleno verano, había poco trabajo y poca gente y los jefes prestaban una atención esporádica a lo que ocurría, salvo cuando se les ocurría una idea genial (eso creían ellos) y pretendían que todos nos pusiéramos manos a la obra en el mismo minuto. Ese no era uno de tales momentos y mi salida no interesó a nadie.

Me dirigí a la casa de Marta, que estaba muy cerca, a unos 15 minutos de viaje. La velocidad de mi llegada era esencial para descubrir qué estaba ocurriendo. Mi corazón latía acelerado, en una mezcla de angustia y excitación. Cuando llegué a la entrada del edificio, tuve suerte. En ese mismo momento salía una persona, lo que me permitió ir directamente al departamento de Marta sin necesidad de llamar por el portero eléctrico. Por lo tanto, mi primer aviso fue tocar el timbre de su puerta. Abrió desprevenidamente la mujer que limpiaba por las mañanas. La pobre se sobresaltó, pues ya me conocía bien, pero no le di oportunidad de cerrarme el paso y me metí sin más trámite.

Fui de inmediato al dormitorio de Marta y, como lo suponía, estaba vacío. Volví sobre mis pasos y encaré hacia la puerta cerrada del dormitorio de sus padres. Yo tenía todos los motivos para saber que Marta prefería la cama matrimonial para sus juegos eróticos. La puerta, naturalmente, estaba cerrada. Ni siquiera pensé en la posibilidad de que su padre estuviera adentro (por su madre no tenía que preocuparme, porque sabía que pasaba el verano en la playa, donde Marta se le uniría en pocos días.

Abrí la puerta y entré al dormitorio. La primera visión fue la de un culo peludo que apuntaba en dirección a mí y que se movía rítmicamente, arriba y abajo, arriba y abajo. Quedé paralizado. No es que no lo esperara, es claro, pero ver tan brutalmente confirmadas mis sospechas era algo demasiado fuerte. Mi irrupción no pasó desapercibida, a pesar de lo entretenidos que estaban el propietario del culo peludo y mi Marta debajo de él. Marta me miró con una combinación de sorpresa y sobresalto. No me esperaba, eso era evidente. Y hubiera preferido que no la encontrara en tal postura, eso también era evidente.

Yo había quedado sin palabras. Marta también. Le correspondió a "culo peludo", que se salió de arriba de Marta, se recostó junto a ella sobre su codo derecho y me miró con expresión entre sorprendida y maliciosamente satisfecha, romper el silencio.

- ¿Quién eres?, me preguntó con descaro.

Yo no pude responder nada, pero la muy puta recuperó la compostura y contestó por mí:

- Es Ángel, mi novio.

Y, como si estuviéramos en la más inocente de las situaciones, completó la presentación, diciéndome:

- Él es Guillermo…, mi macho.

Tanto descaro aumentó mi estupefacción y seguí mudo. Una sensación de dolor y humillación me paralizaba. Pero también, en algún punto de mi interior, esa escena me excitaba enormemente.

Poco a poco, pude ir captando la totalidad de lo que estaba ante mis ojos. Ambos estaban completamente desnudos. El bello y exuberante cuerpo de Marta estaba tendido de espaldas, con las piernas separadas y sus grandes tetas derramadas sobre su tórax. El hombre que gozaba de ella era un individuo alto y delgado, bastante velludo, que me miraba con curiosidad y una sonrisa satisfecha. Apreciaba la ventaja que le daba el que yo fuera el cornudo y él el encornudador. Su pija seguía erecta, tal como la había sacado de la concha de Marta al entrar yo. Y debo reconocer que era un ejemplar de buen tamaño, al menos algo mayor que la mía.

Como yo seguía sin decir nada, Marta retomó la palabra.

- No sé quieres hacer. Si te parece, dejemos nuestra relación. Porque yo no dejaría de acostarme con Guillermo.

Que pusiera las cosas tan claras ayudó a que superara mi perplejidad y dijera algo que me costó creer que saliera de mi boca.

- No, Marta. No quiero que dejemos. Quiero seguir siendo tu novio, aunque tú necesites de alguien más para estar satisfecha.

Mi rival (al que yo mismo estaba reconociendo como imbatible) soltó una risa grosera. Marta lo miró con embobamiento, como si esa fuera la cosa más maravillosa del mundo, giró hacia él y lo besó con pasión en la boca. Se entretuvieron en su entrechocar de lenguas por unos buenos minutos, mientras yo miraba cada vez más dolido y humillado. Y cada vez más excitado, de lo que daba testimonio la hinchazón en mi pantalón.

Cuando por fin decidieron separar sus bocas, Marta volvió a mirarme. (El crápula también.)

Nuevamente, el sonido de mis propias palabras me sorprendió, porque no creía lo que yo mismo estaba diciendo:

- No quiero que me apartes de tu vida. Quiero estar contigo, aunque sea para verte coger con otro.

Era un permiso demasiado amplio como para que no tuviera una respuesta.

- Cierra la puerta, me ordenó, seguramente para que la fámula no se beneficiara con el espectáculo. Y con una lentitud deliberada se inclinó sobre el hombre, bajó la cabeza y comenzó a besarle el duro miembro. Repasó con su lengua el tronco, arriba y abajo, lamió suavemente el glande, volvió a bajar con los labios y la lengua por la nervuda estaca, se dedicó a besar, lamer y chupar los huevos, tornó a subir por el tronco hasta engullirse la cabeza entera y tragarla con deleite. Guillermo se tendió boca arriba, con expresión de placer y emitiendo unos rugidos elocuentes. Marta siguió con su tarea (yo bien sabía de su destreza artesanal para realizarla) hasta que los rugidos de Guillermo se hicieron más continuos y más fuertes. Un grito de él y una más afanosa chupada de ella indicaron el momento de la eyaculación. Marta continuó mamando hasta que agotó todo el semen y sólo entonces soltó su golosina, con la lentitud de quien abandona algo que quisiera conservar.

Entonces, se irguió en la cama, me miró nuevamente y me dijo con firmeza: - Si quieres ver, tienes que ser parte. Ven, bésame.

Me acerqué de su lado de la cama y pegué mi boca a la suya. Recorrí con mi lengua su interior, sintiendo en la suya el acre sabor del semen y de los jugos vaginales que habían empapado a aquella pija antes de que ella la limpiara con su mamada. Cuando consideró que ya había degustado lo suficiente los sabores del sexo en su boca, cortó el beso y volvió a ordenarme: - Ahora , chupame la concha cogida por otro.

Otra vez obedecí sin saber bien por qué me sometía a ese trato. Me arrodillé al lado de la cama, hundí la cabeza entre sus piernas y le propiné una memorable lamida. Me sentía como un trapo de piso, pero la situación me excitaba terriblemente.

Sin mover sus piernas, para que yo siguiera chupando, llevó el torso hacia el cuerpo de Guillermo y comenzó a besarlo en la boca, en el cuello, detrás de las orejas y en el pecho peludo. Desde mi posición los oía hablarse apasionadamente. Él la llamaba su hembra, su puta, el estuche de su pija. Ella lo llamaba su hombre, su macho, su fuente de leche caliente. El le devolvía los besos, cada vez con más violencia. Finalmente, la mano de Guillermo me apartó del ardiente sexo de mi novia, volvió a treparse sobre ella, que retribuyó rodeando la cintura de él con sus piernas y la pija (que a mí ya me parecía gigantesca, agrandada por la posición superior en que se encontraba respecto de mí) se hundió otra vez en aquella cueva que yo había considerado sólo mía.

Me senté en el suelo a mirar cómo cogían. Y debo reconocer que fue todo un espectáculo. Con sonido incluido, ya que los gritos, jadeos y gemidos no hubieran permitido a un ciego dudar sobre lo que allí estaba ocurriendo.

Por fin acabaron al unísono, con gran estruendo. Y nuevamente me tocó la tarea de limpiar la hermosa concha de todo vestigio de la cogida, mientras la boca de Marta hacía lo mismo con la pija de su amante.

Guillermo me tocó festivamente la frente, diciéndome cornudo en todas las variantes que se le ocurrieron. Cuando Marta terminó su higiénica labor, me apartó de la mía y me dijo con mucha seriedad:

- De ahora en adelante, ya lo sabes. Yo voy a seguir cogiendo con Guillermo. Él es el dueño de mi concha, de mi boca y de mi culo. Tú puedes ser mi novio y coger conmigo cuando Guillermo no esté. Y también vas a poder vernos cuando cogemos, con la condición de que hagas lo que te digamos. Ah, y que nos traigas cerveza de la heladera.

Los dos se rieron a carcajadas cuando él agregó: - En invierno puede ser café.

Echando una mirada al notorio bulto en mi pantalón, Marta me autorizó a masturbarme sobre las sábanas paternas, que de todos modos debían ser cambiadas después de semejante sesión de sexo de ellos dos.

Antes de volver al trabajo, tuve que ir a la cocina a buscar aceite (ante la mirada burlona de la sirvienta), untar el culo de Marta y presenciar cómo Guillermo se la metía en tan preciado agujerito. Cuando salía, Marta me dio un ligero beso de despedida y me dijo:

- Así me gusta, que me ayudes a disfrutar. Eres un buen cornudo y te quiero más por eso. No te preocupes, Guillermo no me va a durar mucho, pero ya habrá otros que sembrarán en mi jardín para que siempre tengas tus cuernos bien crecidos.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Mi gimnasio (3 min)


voy a cada día al gimnasio, me encanta mantenerme en forma, y solo puedo ir de siete a ocho de la mañana, como podéis imaginar no hay nadie. Pero uno de esos días había una chica que no había visto anteriormente, estaba en la sala de máquinas.

Me subí a la bicicleta para calentar un poco y tenía un ángulo perfecto de visión, la observaba, llevaba puesto una mallas muy ceñidas por debajo de las rodillas que se le metían por el culo y por su raja y un top cortito y ajustado de color rojo, que marcaba generosamente los pezones.

Yo iba pedaleando encima de la bicicleta estática y con el movimiento de las piernas, el sillín me hacía presión en el coño y me estaba volviendo loca, pedaleaba más deprisa mientras observaba a aquella hembra.

Se sentó en una máquina, en frente de mi, para trabajar aductores y abductores, sus piernas se abrían y se cerraban lentamente, mientras yo me deleitaba mirando como se metía la malla en su raja y se marcaba una pequeña mancha de sudor en su sexo, sus pechos eran redondos como manzanas y estaban sudorientos, sus pezones me apuntaban directamente; y mi clítoris iba a estallar.

Después de una sesión de gimnasia y calores, se fue al vestuario, cuán rápida fui yo detrás de ella, dejando la rutina a medias, pero pensé que no podía perder la oportunidad de follarme a semejante hembra.

Un vez dentro, ella empezó a desnudarse, se quitó el top y asomaron dos preciosos cántaros tiesos y duros como piedras, a continuación se quitó las mallas, no llevaba bragas y tenía el culo más redondo que había visto en mi vida, y el coño rasurado con un poquito de vello en el monte de venus, como yo.

Cogió su toalla y su jabón y se metió en las duchas, que no tienen mamparas, están todas juntas y allí que fui yo también a ducharme, empezó a enjabonarse el cabello y la espuma le caía por sus pechos recorriendo su abdomen hasta llegar a su chochito, yo estaba a mil, y le dije:

-Por favor, me puedes enjabonar la espalda, no llego.

Ella accedió y llenó su mano de gel. Noté como me la lavaba con suavidad, empezando por los hombros y bajando por la columna hasta llegar a la raja de mi culo, sin pensarlo me dí la vuelta y ella se quedó un poco sorprendida, allí estábamos las dos cara a cara, casi rozándonos los pezones. Yo tenía la botella de gel en la mano, y la levanté y de ella salió un chorro de jabón dirigido a sus tetas, empecé a enjabonarle los senos y ella no retrocedió ni pareció negarse, así que seguí sobándoselos, le pellizcaba y retorcía sus pezones, suaves y grandes, mis manos seguían bajando por su cintura hasta llegar a su culo, le acaricié la raja rozándole el ano con mis dedos llenos de jabón, ella cerró los ojos y suspiraba, no decía nada, simplemente le gustaba. Me agaché y mi cara quedó delante de su coñito rasurado, mis dedos se metieron en su raja y empezaron a acariciar su clítoris suavemente, ella abrió las piernas y pude acceder mejor, se lo aclaré un poco con agua y metí mi lengua, que daba suaves golpecitos en su clítoris hinchado y rojo, lo absorbía con los labios y le daba pequeños mordisquitos mientras mis dedos se metían en su culo, para dentro y fuera, hasta que dio un gemido, pude notar como un líquido dulce y caliente mojaba mis labios y mi lengua, que sabroso estaba.

Con una sonrisa pícara me miró y me dio la vuelta, de manera que yo estaba de espalda a ella, me agachó y mi ano quedó al descubierto, todo para ella, lo chupó, lo lamió, lo saboreó todo lo que pudo, con su mano acariciaba el agujerito de mi coño, me moría de gusto, me tumbó en el suelo y me abrió de piernas, al ver que yo también llevaba el chochito rasurado esbozó una sonrisilla y se subió sobre mi, frotando su coño con el mío, con las manos apretaba mis enormes teta, duras por la excitación. El agua de las duchas seguía cayendo sobre nosotras, se fue deslizando por mi cuerpo hasta que su boca quedó pegada a mi clítoris, que lamía igual que se lame un dulce chupa-chups, su lengua se introducía dentro de mi vagina, mmm que gusto, en poco tiempo exploté en un deleite de placer orgásmico, que gozada de mamada.

Nos acabamos de duchar, sin decir palabra; nos vestimos y cuando salimos del gimnasio, me guiñó un ojo y me dijo simplemente:

-Hasta otra.

Ni siquiera sé su nombre, pero tampoco me importa.

Masaje relajante (6 min)


Rossy es una compañera del trabajo la cual hasta ese día se habia mantenido como eso, una simple compañera, hasta ese día en el que le comente que me sentía bastante tenso y ella se ofreció a darme un masaje relajante, en principio yo lo acepte pensando en que seria divertido pero nunca pense que llegara a ser tan placentero como lo fue. Ese día después del turno de trabajo llego a mi oficina decidida a quitarme esa molestia en los músculos, me dijo que me sentara de espaldas a ella y comenzó la sublime labor. Ella pego su cuerpo en mi cabeza y comenzó a darme masaje con sus manos y de repente sus grandes senos tocaban mi nuca la cual hubiera querido tener lengua para saborearle los pezones tan deliciosos que supuse tenia desde un principio. después de unos minutos de "relajante" masaje ella comenzó a acariciarme el cuello y a hablarme al oído, para ese entonces mi pene ya lo tenia totalmente erecto pues cabe aclarar que ella nunca me fue indiferente, siempre habia sentido una especie de gusto y deseo por esa mujer. Al paso de unos minutos el masaje se habia vuelto mas intenso y ella se notaba claramente excitada pues comenzaba a jadear al hablarme y me repegaba sus enormes tetas queriendo que se las devorara pero yo temeroso de que alguien nos viera decidí calmarme y dejar para después ese episodio caliente.

La continuación a ese capitulo se dio pronto. Era la posada de la empresa y ella llego vistiendo un vestido blanco entallado el cual me permitía verle las curvas de su excitante cuerpo, a través de la blanca tela podía ver las redondeces de sus tetas perfectamente erguidas y esas nalgas que a gritos pedían ser acariciadas. La fiesta siguió su curso sin ningún contratiempo y entre copa y copa yo termine yéndome a sentar a su mesa pues yo me encontraba a varias mesas de ahí pero el calor del ambiente y la calentura de imaginármela desnuda y pidiéndome a gritos que la cogiera me ponía el pene a mil así que decidí ir a saludarla y sentarme a su lado. Estuvimos platicando un rato sobre el acontecer de la fiesta "no te he visto bailar", "mira a Luz que esta baile y baile" y bla, bla, bla…. De pronto comenzaron a apagar las luces y en el área donde estaba ubicada la mesa en la que estábamos la oscuridad llego casi al máximo lo cual me facilito las cosas y comencé con el juego de manos acariciándole las piernas y subiendo poco a poco, 

ella no ofreció resistencia por el contrario me dijo "que crees que yo no me atrevo a tocarte a ti también ?" lo cual no me incomodo por el contrario, me dio "alas" para seguir con el juego, fui subiendo hasta sentir sus muslos carnosos, los cuales abrió delicadamente un poco para permitirme meter la mano con mayor facilidad, cabe aclarar que estábamos rodeados de gente y teníamos que ser discretos. Mi mano siguió subiendo hasta llegar a una área en donde el calor era extremo, una especie de infierno "celestial" y que sorpresa cuando puse mi mano sobre su vagina y ella me correspondió agarrando con un fuerte apretón mi pene que estaba como mástil. Totalmente parado y listo para ser succionado por su boca o vagina, lo primero que se diera. En ese momento nada me interesaba mas que estar acariciando aquella cuevita sin bellos que ella me estaba ofreciéndome y la cual me dedique a toquetear por un buen rato, a través de las medias que traía puestas le hice una pequeña apertura y comencé a meterle el dedo una y otra vez, ella daba leves jadeos pues no podía hacerse notar que me la estaba masturbando en plena fiesta.

Le metía todo el dedo y acto seguido me lo llevaba a la boca para chuparme sus jugos que tenían un aroma excepcionalmente picante y un sabor a culo que me tenia a punto del orgasmo. Seguimos jugando hasta que comenzaron las baladas románticas e inmediatamente le dije "vamos a bailar" pues sabia que era una excelente oportunidad de estrujarla y repegarle mi erecto bulto en su caliente pucha. Ella estaba caliente y me abrazaba como queriendo que la penetrara en plena pista de baile lo cual no se me cumplió … durante el baile. En la ultima pieza los dos sudábamos y yo ya estaba lamiéndole el sudor del cuello lo cual la tenia excitadísima y mas porque eso lo teníamos que hacer de la forma mas discreta posible para que nadie se diera cuenta pues tanto ella como yo somos casados y por lo tanto el escándalo hubiera sido mayúsculo. En esa ultima balada le sugerí irnos a "otro lado" a lo que ella contesto que si yo me animaba a meterme al baño de mujeres ella haría lo que yo quisiera lo cual se me hizo bastante arriesgado hacer pero acepte. Salimos del salón y nos encaminamos al baño de mujeres, pero lo que ella no sabia era que yo soy demasiado astuto y le dije si voy a entrar al baño de mujeres pero en otro piso no en el del salón y acto seguido la metí al elevador en donde la bese con furia al mismo tiempo que le agarraba con fuerza esa vagina que deseaba tener mamando. 

Llegamos al tercer piso del Hotel en donde se llevaba a cabo la Posada, estaba totalmente desierto y al fondo pude ver un baño y sorpresa ! era un baño de mujeres y ella tuvo que aceptar que yo estaba cumpliendo. Entramos juntos pero ella se metió rápidamente a un cuarto de baño y yo al otro, me dijo "espera que tengo que hacer algo !" para ese tiempo yo ya no aguantaba las ganas de cogermela y le abrí la puerta metiendome bruscamente en aquel cuartito de baño, ella me explico que le acababa de llegar su periodo y que por lo tanto no podíamos follar, "carajo " pense "tanto rollo para terminar dándome un regaderazo de agua fría !" pero inmediatamente se me ocurrió que si su puchita no estaba disponible su boca si lo estaba y comencé con el toqueteo nuevamente, le baje la blusa y por fin pude ver ese enorme par de tetas que le colgaban como un par de melones y que golosamente comencé a chupar, ella me los ofreció y yo lo tome, los lamí y los estruje como nunca lo habia hecho, la verdad es que tiene unos senos envidiables y los cuales estuve mamando por un muy buen rato, ella gemía y me jalaba de la nuca hacia sus pechos como queriendo meterme dentro y mientras yo le lamía las tetas con las manos le acariciaba las nalgas que también estaban bastante tentadoras. después de un buen rato de tenerla gozando decidí que ahora me tocaba a mi y me saque el pene a lo que ella titubeo un rato y le dije no te asustes solo pruébalo y con lentitud la fui bajando hasta que quedo hincada y comenzó a mamarmelo, 

con sus manos me acariciaba las nalgas mientras con la lengua me daba una mamada que jamás olvidaría, me lamía la cabeza del pene y me volteaba a ver con unos ojos de lujuria que jamás habia visto en una mujer, me apretaba las nalgas y me jalaba como queriendo comerse todo mi pene, todo lo tenia introducido en su boca y me daba pequeños mordisqueos de repente, cuando estaba a punto de venirme saque el pene de su boca y lo apreté para evitar venirme, la levante y la puse de espaldas a lo que ella accedió le bajé las tangas que traía haciendo a un lado la toalla femenina que minutos antes se habia puesto y de un golpe le metí mis 12 pulgadas de carne a lo cual ella respondió con un grito de placer y comenzó como loca a contorsionarse en mi pene moviendo las caderas como perra en celo brincando y pidiendo la cogiera hasta que cayera desmayada, nuevamente la levante y la voltie con lo cual pude por fin ver su rosada rajada llena de poca sangre por su periodo lo cual mas que darme asco me calentó mas y me hizo penetrarla de frente con mas fuerza, le metía el pene con fuerza mientras le mordía los pezones como exprimiéndoles para que arrojaran leche, la senté con las piernas a mi alrededor y le metí las manos por las nalgas con lo que pude alcanzar su ano el cual comencé a estimular con mi dedo lleno de saliva hasta que sin que ella lo esperara se lo introduje cosa que de entrada le sorprendió pero con lo caliente que estaba se agacho de tal forma que me permitió meterle un dedo mas así que por la vagina le estaba dando mis 12 pulgadas de verga y por el ano le metía mis dos dedos y así estuvimos con el metesaca un buen rato hasta que ella tuvo su orgasmo y me pidió que no me viniera en su vagina por lo que le dije "en tu vagina no lo voy a hacer volteate",

ella se sorprendió y con desconfianza me obedeció, yo agarre y escupí en mis dos dedos y se los volví a meter por lo que ella soltó un gemido, la levante y poco a poco le fui metiendo el pene, ella se opuso de inicio pero la calle con un beso de lengua y ella se soltó, aflojo el cuerpo y fácilmente le pude penetrar por ese pequeño camino, al poco rato ella brincaba sobre mi como niña con juguete nuevo y así estuvo hasta que sintió que estaba a punto de venirme y se sentó totalmente en el metiendosela en su totalidad y gritando al momento de sentir mi esperma caliente en su culo. Ella estuvo como ida durante un tiempo disfrutando de mi esperma en su ano y se movía para embarrarse mas dándome pequeños apretones en el pene como exprimiéndolo para que le diera todo lo que hubiera dentro. Yo por mi parte me dedique a acariciarle la panocha que la tenia totalmente llena de sangre pero la cual se mostraba satisfecha de tanto pene recibido. Terminado este momento ella se puso de pie y me pidió que la limpiara tanto del ano como de la vagina cosa que hice con mucho gusto sacando un poco el yo fetichista que todos llevamos dentro. La hice gozar un rato mas con la "limpiada" que en ratos la hice con la lengua y al terminar nos regresamos a la fiesta a bailar las ultimas canciones de despedida y esa fue una de mis mejores experiencias.

Mi gimnasio (3 min)


voy a cada día al gimnasio, me encanta mantenerme en forma, y solo puedo ir de siete a ocho de la mañana, como podéis imaginar no hay nadie. Pero uno de esos días había una chica que no había visto anteriormente, estaba en la sala de máquinas.

Me subí a la bicicleta para calentar un poco y tenía un ángulo perfecto de visión, la observaba, llevaba puesto una mallas muy ceñidas por debajo de las rodillas que se le metían por el cul0 y por su raja y un top cortito y ajustado de color rojo, que marcaba generosamente los pezones.

Yo iba pedaleando encima de la bicicleta estática y con el movimiento de las piernas, el sillín me hacía presión en el coño y me estaba volviendo loca, pedaleaba más deprisa mientras observaba a aquella hembra.

Se sentó en una máquina, en frente de mi, para trabajar aductores y abductores, sus piernas se abrían y se cerraban lentamente, mientras yo me deleitaba mirando como se metía la malla en su raja y se marcaba una pequeña mancha de sudor en su sexo, sus pechos eran redondos como manzanas y estaban sudorientos, sus pezones me apuntaban directamente; y mi clítoris iba a estallar.

Después de una sesión de gimnasia y calores, se fue al vestuario, cuán rápida fui yo detrás de ella, dejando la rutina a medias, pero pensé que no podía perder la oportunidad de follarme a semejante hembra.

Un vez dentro, ella empezó a desnudarse, se quitó el top y asomaron dos preciosos cántaros tiesos y duros como piedras, a continuación se quitó las mallas, no llevaba bragas y tenía el culo más redondo que había visto en mi vida, y el coño rasurado con un poquito de vello en el monte de venus, como yo.

Cogió su toalla y su jabón y se metió en las duchas, que no tienen mamparas, están todas juntas y allí que fui yo también a ducharme, empezó a enjabonarse el cabello y la espuma le caía por sus pechos recorriendo su abdomen hasta llegar a su chochito, yo estaba a mil, y le dije:

-Por favor, me puedes enjabonar la espalda, no llego.

Ella accedió y llenó su mano de gel. Noté como me la lavaba con suavidad, empezando por los hombros y bajando por la columna hasta llegar a la raja de mi culo, sin pensarlo me dí la vuelta y ella se quedó un poco sorprendida, allí estábamos las dos cara a cara, casi rozándonos los pezones. Yo tenía la botella de gel en la mano, y la levanté y de ella salió un chorro de jabón dirigido a sus tetas, empecé a enjabonarle los senos y ella no retrocedió ni pareció negarse, así que seguí sobándoselos, le pellizcaba y retorcía sus pezones, suaves y grandes, mis manos seguían bajando por su cintura hasta llegar a su culo, le acaricié la raja rozándole el ano con mis dedos llenos de jabón, ella cerró los ojos y suspiraba, no decía nada, simplemente le gustaba. Me agaché y mi cara quedó delante de su coñito rasurado, mis dedos se metieron en su raja y empezaron a acariciar su clítoris suavemente, ella abrió las piernas y pude acceder mejor, se lo aclaré un poco con agua y metí mi lengua, que daba suaves golpecitos en su clítoris hinchado y rojo, lo absorbía con los labios y le daba pequeños mordisquitos mientras mis dedos se metían en su culo, para dentro y fuera, hasta que dio un gemido, pude notar como un líquido dulce y caliente mojaba mis labios y mi lengua, que sabroso estaba.

Con una sonrisa pícara me miró y me dio la vuelta, de manera que yo estaba de espalda a ella, me agachó y mi ano quedó al descubierto, todo para ella, lo chupó, lo lamió, lo saboreó todo lo que pudo, con su mano acariciaba el agujerito de mi coño, me moría de gusto, me tumbó en el suelo y me abrió de piernas, al ver que yo también llevaba el chochito rasurado esbozó una sonrisilla y se subió sobre mi, frotando su coño con el mío, con las manos apretaba mis enormes teta, duras por la excitación. El agua de las duchas seguía cayendo sobre nosotras, se fue deslizando por mi cuerpo hasta que su boca quedó pegada a mi clítoris, que lamía igual que se lame un dulce chupa-chups, su lengua se introducía dentro de mi vagina, mmm que gusto, en poco tiempo exploté en un deleite de placer orgásmico, que gozada de mamada.

Nos acabamos de duchar, sin decir palabra; nos vestimos y cuando salimos del gimnasio, me guiñó un ojo y me dijo simplemente:

-Hasta otra.

Ni siquiera sé su nombre, pero tampoco me importa.

martes, 12 de diciembre de 2017

Noche de feria con trio (3 min)


Salí de la disco con tremenda calentura , mi esposo y un extraño jovencito dispuestos a cojerme

Hola me llamo Alejandra tengo 23 años y soy mexicana , pues bien hace pocos días comenzó la feria de mi ciudad en el centro de la republica el la cual entre otras cosas es famosa por sus discotecas que funcionan a diario , en esta ocasión mi esposo Carlos y yo decidimos aventurarnos para pasar una noche riquísima .

Soy morena clara mido 1.68 delgada cabello negro , bonita diría yo , senos normales , un abdomen plano y cintura pequeña , buen culo y piernas , mi esposo tiene 23 años también es moreno claro mide 1.66 buen cuerpo y buena verga .

Pues llego la noche para acudir a divertirnos esa noche me puse una blusa blanca con rayitas rosas con escote , hombros y espalda descubierta lo mismo que mi abdomen prácticamente solo cubría mis senos , una minifalda blanca muy chiquita que solo cubría debajo de mis nalgas y aparte unida la parte anterior y posterior por un cordón cruzado el cual se puede abrir hasta donde quiera , a pesar de ser corta le abrí a cada lado unos 5 centímetros , me puse una tanga negra para que se notara y unos botines rosas , mi esposo me vio y ya me quería coger en casa , pues así nos decidimos y acudimos al lugar , una disco no muy popular para evitar conocidos .

Llegamos juntos pero al cruzar la cadena nos separamos , me pare junto a la barra y pedí una bebida , mi esposo observaba a distancia , a los pocos minutos se acerco un joven de unos 18 años no muy agradable pero en fin al ver que era un poco tímido comencé a platicar con el me dijo llamarse Mario de una ciudad vecina lo cual me agrado no solo por su edad sino por ser foráneo me pregunto si acudía acompañada le comente que esperaba a alguien pero que podíamos bailar un rato , se notaba que le gustaba , que linda sorpresa me lleve al comenzar a bailar con el ya que note que entre sus piernas se levantaba tremendo paquetote wuaooo en verdad se sentía de buen tamaño , a lo cual respondí con movimientos calientes y arrimándole el culo , el joven comenzó a relajarse y empezó a pasar sus manos por mis piernas y nalgas aprovechando la multitud y que cada quien esta en lo suyo aproveche para abrir un poco mas mi falda , el se notaba que quería cojerme , en eso apareció Carlos me saludo con un beso en la boca y comenzó a bailar con nosotros el joven se separo un poco y retiro sus manos , mi esposo sin decir nada lo arrimo a mi culo de nuevo y puso sus manos en mi cintura , le dije al joven que no había problema que era un amigo y no pasaba nada , así seguimos bailando por un buen rato los 3 mientras ellos se deleitaban con mi culo ya que no dejaban de arrimarme sus cosas ni un minuto , a eso de las 2 de la mañana Carlos le dijo al joven que yo era medio puta que si estaba de acuerdo en que fuéramos los 3 a un motel , el joven no dudo nada y accedió .

Salimos de la disco , yo con un hombre en cada brazo no podía esperar mas , acudimos a un motel , al entrar Carlos me puso en la cama de perrito y comenzó a lamer mi coño mientras Mario saco su cosa que en verdad era grande y gorda y sin dudarlo me pegue como loca a mamarlo , los 3 ardíamos , Carlos no aguanto mas me levanto la falda y sin darme ti8empo a nada me metió su verga hasta el fondo , delicioso 2 lindas vergas una en mi conchita y otra en mi boca en verdad Carlos me daba duro , a los pocos minutos mi primer orgasmo y grite como perra , me sentía la puta mas feliz de la tierra , nos cambiamos de lugar Carlos se acostó boca abajo para que yo mamara y por fin lo que espere toda la noche , la cosota de Mario se puso justo en la entrada de mi rajita comenzó lento , un poco tierno diría yo el joven un poco nerviosos pero o que placer , a los pocos minutos se éxito mas y perdió temor comenzó a nalguearme y decirme obscenidades le pedí me tratara como puta , me tomo de la cintura u me jalo hasta la orilla de la cama me puso boca arriba me levanto las piernas y me tomo de los botines , mientras me la metía , me lamía las piernas y jadeaba como loco se corrió en mi conchita ,yo también me corrí , Carlos aun erecto le siguió en mi rajita muy duro ya que es de buen aguante mientras yo lamía la verga flácida de Mario a los pocos minutos su erección de nuevo y en esta ocasión Carlos empezó a meter un dedito en mi culo sabia lo que quería y me excite mas , me costo de lado y me penetro el ano mientras Mario mi vagina estaba atrapada entre 2 ricas vergas después de un rato Carlos y yo nos corrimos grite como loca y eso éxito mucho a Mario el cual por segunda ocasión se corrió en mi rajita .......................

Nos vestimos salimos del motel y nunca volvimos a ver al Mario.

Mi primera experiencia en un trio con Anita y Tony (8 min)


Esa mañana de viernes me encontré a Anita en el estacionamiento de ese autoservicio que esta por la zona Sur, necesitaba unas cosas para la casa y las había ido a comprar...Anita había sido compañera mía en la preparatoria y tenia mucho tiempo que no la veía desde que salimos del colegio, estuvimos platicando de los compañeros; sobre todo de Harumy, una que me había quitado el amor de Rodrigo...Harumy se había ido a Europa a estudiar, creo que a Madrid, Rodrigo después me busco, pero no lo perdone, pues estaba muy enamorada para ese entonces de Tony, mi actual esposo...Anita no sabia que yo estaba felizmente casada, y le dio mucho gusto...la invite a casa a desayunar y así ver todas las fotos del recuerdo del Colegio que tenia, ella acepto con gusto ir al otro día que era sábado, Tony estaba de viaje y no regresaba hasta dentro de unos días...nos despedimos y me acorde que le decíamos "la peluche", anita es muy bonita y le decíamos la peluche, porque es muy velluda, sus brazos y piernas están tapizados de bellos y sobre su cara bajan por la mejillas remolinos de bellos rubios que terminan atrás de su oreja y arriba de su boca como si fuera un muchacho, tiene también hermosos vellos rubios, envidia de nosotras las mujeres, pues se le ven muy sexy...los muchachos se volvían locos y decían que eran muy excitantes sus bellos, además siempre se rumoro que era lesbica...

Al otro día como a las 10.00 de la mañana tocaron al timbre, era Anita...como siempre muy guapa y su buen gusto por el vestir, yo estaba terminando de terminar de hacer las cosas de la casa, la limpieza, ordenar etc.etc..., no es presunción pero mi madre me enseño hacer muy hacendosa y cosa que me gusta, creo que el tiempo se emplea y se hace mas grato el vivir así y no estar como parásito...bueno pero eso es otra historia...Anita y yo desayunamos entre platicas de risa y bromas de lo traviesas que habíamos sido en el colegio...saque del armario una caja con fotos y otras cosas del recuerdo que siempre he guardado...en la sala nos las pusimos a verlas sentadas cómodamente...a veces estallábamos en grandes carcajadas y comentarios chuscos...por un momento me di cuenta que Anita entre estas risas me abrazaba y me tomaba de los hombros y acercaba su rostro al mío, hasta el grado que se juntaban nuestras mejillas...llego una ocasión en que me beso muy cerca de la boca y mirándome fijamente a los ojos muy seria me dijo....que era muy bonita y que tony era muy afortunado, un escalofrió recorrió mi espalda, recordé lo que decían en la escuela, y le sostuve la mirada y muy segura de si misma Anita se prendió de mi boca, como hechizada no pude reaccionar y correspondí a ese beso...un beso muy diferente a los que tony me había dado, un beso de textura muy delicada, embriagado por el perfume fino que manaba de su cuerpo, un beso muy calido, lleno de humedad, su lengua revoloteo muy adentro de la mía como queriendo devorarla, mi cuerpo se estremeció como electrificado por la rama de sensaciones que arranco, la respiración de Anita parecía un Huracán desatado y muy claro sentía las palpitaciones aceleradas de su corazón, suavemente me separe de ella, me sentía mal...con remordimientos por lo que había hecho, sentía que estaba traicionado a Tony...me quede callada sin decir nada, Anita me observaba y me acariciaba suavemente la cabeza y le dije amablemente que quería estar sola...Anita lo entendió y se marcho sin antes darme un beso de despedida, tal vez ella también se sentía mal por lo que había pasado, nunca había hecho esto, pero si recuerdo que tuve que cambiarme de pantaletas, pues se me había empapado con mis jugos vaginales...me había excitado mucho.

Me quede muy pensativa en lo que había sucedido, me sentía mal; con remordimientos por lo que había hecho y a la vez tenia una mezcla de emociones, una porque me sentía mal y otra porque me había gustado ese beso, al otro DIA me fui a casa temprano pues mi madre me había llamado por teléfono, pues mi hermana Adriana que estaba en Ciudad del Carmen, tenia problemas y mi mama no sabia que decisión tomar, ya en la tarde llamo Tony que había regresado de su viaje y le dije que estaba en casa de mama que por favor me pasara a recoger, en el trayecto Tony me noto rara pues seguí yo muy pensativa por lo del día anterior y Tony me pregunto que tenia, le conteste que se iba a molestar mucho por lo que le iba a decir, pero que le tenia que decir la verdad, y sin rodeos le dije que lo había traicionado, Tony no contesto nada, solo me pregunto con quien había sido...a lo que le dije que con una mujer, Tony me volteo a ver estupefacto, sorprendido...le dije que con una excompañera del colegio...y que me sentía mal porque le había fallado...sin inmutarse me dijo que no era problema y que no me sintiera mal, que le hablara a Anita y que como si nada hubiera pasado...le conteste que si quería que siguiera con esa relación, a lo que me contesto que si...que desde hace tiempo tenia la fantasía de estar con dos mujeres a la vez, y esa era la oportunidad que estaba esperando, me quede paralizada por lo que acaba de escuchar, jamás pensé que me pediría una cosa así, le conteste que si, que haría lo que el me pidiera...el sabe que es tanto lo que lo quiero que soy capaz de hacer cualquier cosa que me pida...pero me sentía extrañada por esa actitud, pues tenia la certeza de que su reacción fuera de molestia y no fue así , sino al contrario quería que siguiera con esa relación con Anita y ser participe el ahora también....

Al otro día entrada en la mañana le hable por teléfono Anita y que me disculpara por mi actitud de ese día lo que había sucedido...que si me había portado mal con ella que me perdonara y que quería que regresara a la casa, note que se puso muy contenta...me dijo que el lunes me ira a visitar en la mañana...le dije que la esperaría. Le informe a Tony lo que había hecho y que el lunes anita iría a verme...

Llego el lunes y en el transcurso de la mañana Anita llego ataviada con uno jeans y una blusa de manguitas de color rosa, con su cabello rubio suelto...se veía muy guapita y original...me pregunto por mi marido y le dije que ya había regresado de su viaje y que había salido a jugar tenis esa mañana con unos amigos, cosa que era mentira pues Tony estaba arriba en una habitación, ya Tony había hecho un plan y esperábamos que no fallara...Anita sabia a que iba, pues mi llamada le había dicho todo y sin mas preámbulos me empezó a besar en la boca con avidez a lo que correspondí muy tiernamente...se sentía que Anita estaba desesperada, hambrienta de una hembra, a leguas se notaba su ansias...sin decir nada me tomo de la mano y me condujo a una habitación que estaba junto del estudio...de pie me empezó a besar suavemente y con mucha ternura, escuchaba su acelerada respiración y me decía que le gustaba mucho desde que estaba en la escuela, me despojo de mi ropa sin dejarme de besar y acariciarme apasionadamente, me pidió que le quitara su ropa, a lo que procedí enseguida, ella no se movía, de pie como estaba, solo tenia sus hermosos ojos cerrados y los labios medio abiertos y de por momentos los humedecía, cuando dejo al descubierto esos enormes pechos muy duros que toque y dos pequeños pezones de color rosa cobijados por el nacimiento de una gran cantidad de bellos rubios que bajaba hasta su ombligo, al quitarle los jeans descubrí que usaba ligueros de color negro y encaje de seda combinados con encajes de color blanco y tenia un moñito al centro con una piedrita muy coqueta, además no llevaba ropa interior...lo mas sorprendente fueron dos cosas que me impresionaron muchísimo, lo abultado de su pelvis, tal vez era el doble de la mia, a leguas se veía que era de una vulva bastante grande y toda su pubis estaba cubierta por una gran cabellera de bellos rubios ensortijados que bajaban por los muslos ... por un momento se quedo quieta y me pregunto mirándome a los ojos y me dijo que si me gustaba eso...solo moví la cabeza en señal de si...y muy quedamente me dijo que me iba a confesar un secreto..."que era virgen todavía" que nunca había estado con un hombre...

me siguió acariciando y me pidió que la besara, así como estaba de pie la empecé a besar desde las rodillas, y subí por los muslos hasta llegar a su hermoso pubis, no me explicaba… me estaba gustando muchísimo hacer eso, durante un largo tiempo lo hice, no se cuanto, hasta la noción del tiempo perdí, ella recorrió todo mi cuerpo con su lengua, y sus manos recorrieron toda mi piel, se podía sentir lo quemante de su aliento, de lo excitada que estaba, me recostó en la cama y también se subió... en un momento dado se subió sobre mi y su sexo quedo en mi cara al igual el mío en su carita, en posición 69...nunca había hecho esto, me sentía rara pero a la vez me había excitado muchisimo ,pues sentía que estaba empapada en mis jugos...sus tersas manos abrieron mi vulva y me la empezó a besar con frenesí...hice lo mismo y tuve que hacer a un lado esa maraña de vellos y de esos labios virginales brotaban dos pliegues muy grandes, rojos y rosados...al abrir los labios me quede sorprendida, el clítoris era muy grande, parecía la cabeza de un glande masculino...no cabía de la sorpresa por el tamaño, nunca me había imaginado que una mujer tuviera algo tan semejante....así que empecé a besar toda la vulva que estaba empapadísima y ese gigantesco botón empezó a crecer y lo tome con mis labios y empecé a chupar...anita pego gemidos muy fuertes y a retocerce cuando esto sucedió...esto me enardeció mas y comprendí que las dos estábamos muy calientes ya a punto de orgasmo...

En ese momento me di cuenta que me estaba yendo por un rumbo que no era el mío, de acuerdo a mis principios morales...me estaba pervirtiendo, me estaba desviando de mis conductas que me habían inculcado...pero no podía dar marcha atrás, pues se lo había prometido a Tony y ahora tenia que seguir adelante...como al acostarme había quedado mi cuerpo en posición que mi cabeza quedo a los pies de la cama, pude ver cuando Tony abrió despacio la puerta sin hacer ruido...Anita no se había dado cuenta...cuando descubrió a Tony quiso bajarse inmediatamente, pero suavente lo sujete de la cintura y no la deje que se levantara, Tony se sentó a un lado de la cama a observar...aumente el ritmo de mis caricias y anita lo acepto, pues ya no hizo el intento de levantarse...a una señal mía Tony se unió y pude ver el gesto de asombro que hizo al ver ese espectáculo tan impresionante, por los remolinos de bellos que subían por la cintura hasta la espalda y cubrían ese par de nalgas, resaltaban por la blancura de la piel, en un color de porcelana muy delicada y fina...

Tony se hinco y como quien se va a comer el platillo mas rico que le gusta abrió paso a esa rajadita que estaba húmeda y mojada por los jugos ...hundió su lengua y anita salto al sentir la onda de sensaciones que estallaron en su cerebro...como tenia muy cerca el rostro de tony, podía ver como sus manos subían y bajan acariciando ese cuerpo bien formado como queriendo fundirse en el...mi mente, que es muy ligerita...me decía como estaba tony...no lo podía ser pues tenia su short puesto todavía...anita empezó a gritar y a convulsionarse , escuche como dio un grito fuerte donde dijo que se iba..."me voyyy", alcance a escuchar tres veces...Tony comprendió que era el momento, rápidamente de despojo de la ropa y me dio su miembro en la boca, del cual puse probar el sabor que manaba por ese orificio...estaba durísimo, lo recorrí hasta los testículos...me hizo que le halara la cintura para que las nalgas quedan levantadas y se las abrí los mas que pude, también las eleve un poco con mis manos, las nalgas de Anita quedaron perfectamente levantadas… sin dejar de besarla y chuparle lo mas que podía con toda mi boquita...tony estaba listo, así que acomodo la punta de su pene en la entrada de esa cuevita, tampoco no dejaba de besarlo y recorrérselo hasta los testículos por momentos...pude ver como se doblo ese miembro y la cabeza del grande se aplasto por la presión...anita pego un salto y dijo que le dolía, yo la tenia sujetada con las manos y no dejaba de besarla...en tres veces tony hizo el mismo intento sin resultado alguno, se resistía a ser desflorada esa entrada, esa rica cuevita no quería admitir a ese gran intruso...en un momento Tony le dio una fuerte nalgada y Ana salto y pego un grito, vi desaparecer la cabeza de su hermoso miembro pequeñas gotas de sangre cayeron en mi cara y en mis labios, de la virginidad de Anita que había sido arrancada por mi Tony;

se mezclaron con la humedad y los vellos se tiñeron por el color carmesí del vital liquido, la entre pierna se mancho por la sangre hasta llegar a las medias del liguero que también se empezó a teñir el encaje blanco ...sin piedad Tony hundió hasta el fondo su magnifica masculinidad , con movimientos violentos y muy rápidos, donde su respiración en segundos se volvió agitada por el gran esfuerzo… lastimeros gritos de Ana salían de su boca, mezclados entre ayes de dolor, placer, entre grandes convulsiones y donde todo su cuerpo tembló, derramo todo su ansiedad...podía ver con claridad como todo el pene salía casi todo y los testículos golpeaban las nalgas de Anita …al darme cuenta que tony estaba próximo al clímax, abrí lo mas que pude mi boca y espere con ansias mi gran regalo, le pedí que se viniera en mi boquita, Tony la saco y todavía la vi, llena de los flujos de anita y su sangre mezcladas, con la ayuda de su mano, Tony se vació en mí, entre grandes bombones de leche, se derramo en mi boca ,fueron muchos lindos chorros de rica esperma que seguía saliendo, nunca había visto tanta leche que saliera de mi Tony, lleno mis labios, mis mejillas y salpico las nalgas de Anita, como la vulva de Anita me había quedado recargada en mi barbilla, sentía muy clara las contracciones que salían, anita había tenido varios orgasmos riquísimos...fue la experiencia mas hermosa...Ana de unió a rostros y seguimos cada vez que podemos...cada vez me pervierto mas y mas...creo que esto no esta bien…pero tal vez esto me toco vivir…

Jugando con los albañiles (9 min.)


Pues todo empezo el dia que me avisaron que seria el brindis de fin de año en la oficina por lo que a mi me dio mucha alegria pues a diferencia de otros años nos dieron permiso de llevar a nuestras parejas, por lo que yo invite a mi novio, en esos dias mis padres decidieron hacer algunas reparaciones a la casa por lo que estaban cambiando el piso del comedor y la cocina asi como haciendo algunos cambios de las puertas de las alacenas.

Para esto se contrato a un maestro albañil de unos 50 años y cuatro ayudantes entre los 28 y 30 años, uno de ellos carpintero, hijo del maestro albañil de 17 años.

Esto de los arreglos de la casa me ayudo pues mis padres decidieron irse de viaje con mi hermana y mi hermano por lo que yo aproveche para decirles que yo me quedaria pues si tendria mis vacaciones pero queria quedarme en mexico con mi novio, por lo que a mis padres les parecio bien pues asi no se suspendian los arreglos y yo estari a al pendiente.

Salieron de viaje un viernes y yo disfrute todo el fin de semana teniendo sexo hasta quedar adolorida con mi novio en mi casa, cosa que me excitaba bastante, y como recordaran soy bastante ruidosa cuando lo hago, por lo que cada que bajabamos del cuarto despues de estar toda la tarde cogiendo los albañiles nos miraban con curiosidad y mas a mi.

El lunes yo comenzaria mis vacaciones de dos semanas pero asistiria el viernes a las 12 del dia al brindis, comenzo la semana y yo me levantaba diario como a las 10:00 de la mañana y hacia un poco de ejercicio y bajaba a tomar algo.

El primer dia baje en shorts y un top, mientras desayunaba me percate que los albañiles me miraban constantemente, yo deduje que era por lo del fin de semana, solo que se me ocurrio bajar la mirada y note que mis shorts como eran flojos (de atletismo) pues se dejaban ver bastante bien mis piernas y como estaba sentada como sin nada con las piernas medio abiertas, ellos podian ver los pelos de mi vagina pues ellos estaban en el suelo trabajando, yo no hice nada por evitarlo en ese momento me excito, termine y subi a mi cuarto solo que la excitación no cesaba y comence a mansturbarme.

De pronto escuche la voz del maestro albañil y deje lo que hacia y me asome por las escaleras, me pregunto algunas cosas de los arreglo no sin antes de reojo ver desde abajo por debajo de mis shorts, yo regrese a mi cuarto pero tuve que bañarme y arreglarme por que se me hacia tarde pues tenia cita con unas amigas.

Los siguientes dias segui haciendo lo mismo bajaba en shorts, en minifaldas, y a veces solo en alguna camisetota larga para que mi cuerpo y sobre todo mis piernas y nalgas fueran miradas por los trabajadores, en la mas minima oportunidad me agachaba para que pudieran ver mis piernas y nalgas y obviamente mi panocha, yo me daba cuenta que en repetidas ocasiones se tallaban el entre pierna.

Un dia se me ocurrio bajar a tomar algo en la mañana y la verdad con tantas emociones de estrles enseñando mi cuerpo a los albañiles, al llegar la noche siempre llegaba calientisima cuando lo hacia con mi novio asi que ese dia decidi darles un poco mas asi que baje en un diminuto traje de baño y sali al patio trasero a disuq etomar el poco sol que habia, la verdad es que casi no habia estuve leyendo un rato y me movi de diferentes formas mientras que notaba que ellos a traves de un gran ventana que da al patio me observaban, dio la hora de la comida y me avisaron que irian a comer, yo me relaje y empece a dormitar un poco solo que escuche un ruido, mire de reojo al ventana que era ahumado y como tenia lentes obscuros no se me veian los ojos, note que el jefe de los albañiles me observaba, segui observando yo tambien hasta que note que hacia algo.

Me movi como si estuviera dormida de manera que pudiera ver mas claro por debajo de los lentes y logre ver que sostenia en su mano una enorme verga, se estaba mansturbando observandome, yo comence a calentarme a mil por hora, mientras me lograba contener vi que el hombre de repente paro y se hizo hacia a tras en ese momento yo me levante y me dirigi a la casa, al entrar vi que el hombre se me tia al cuarto de servicio que daba a la cocina por el pasillo del patio asi que cuando entre el salio por la puerta de la cocina.

Al pisar dentro senti algo mire hacia abajo y mis pies se encontraba sobre un pequeño charco de semen en ese momento comence a mojarme, nuevamente me contuve y en la noche al llegar mi novio me desahogue.

Por fin llego el viernes yo segui mi rutina solo que ahora me levante a las nueve para que me diera tiempo de hacer mis cosas y nuevamente disfrutaran de mi cuerpo los albañiles los cuales me avisaron que ese dia se irian temprano como a las tres de la tarde por que tambien tendrian una posada, les dije que cerraran bien pues yo llegaria noche.

A pesar de todo no logre desayunar, mi novio paso por mi como a las once para estar en la oficina a las 12:00 me vesti con una micro falda pegadisima al cuerpo negra con una de tirantes y sin nada de ropa interior, en el camino me comento que surgio una emregencia en la empresa donde trabaja y tendria que salir por la tarde por lo que me acompañaria y saldriamos temprano, asi fue y el brindis comenzo como a las 12:40 brindamos con una copa de sidra y luego sirvieron canapes y bebidas yo comence a tomar vino blanco pues me fascina, habre tomado unas cuatro copas y cuando pedi otra me dijeron que se habia terminado.

Entonces dije que no pero en la platica comence a tomar del vaso de mi novio que toma wisky y ya se han de imaginar llego un momento que me empce a marear y sin desayunar peor, me sente y mi novio se acerco y medijo que ya era hora de irnos yo le dije que si pues me sentia algo tomada, eran como las 3:30 de la tarde pero el tenia todavia que pasar a su casa por su maleta, nos subimos al carro y yo comence a besarlo el comenzo a sobarme las tetas y luego sobo mis piernas hasta que resbalo su mano bajo mi falda e introdujo un dedo en mi vagina que por el alcohol ya estaba humeda y esto me puso a cien por hora.

Arranco el coche y se dirijio a mi casa yo en el camino no dejaba de acariciarle la verga pues estaba que reventaba de calentura, queria sentirlo dentro de mi asi que se la saque y comence a mamarsela durante el camino, mientras yo me acariciaba la panocha.

Llegamos a mi casa y como siempre me ayudo a bajar solo que yo ya caminaba en zig zag, abrimos el porton y entramos le dije que antes que se fuera queria que me cogiera y me dijo que ya nohabia tiempo y que lo dejaria el avion pero que al regresar el sabado en la noche me lo recompensaria, caminos a la puerta de entrada y me le resbale y cai lentamente hincada quede frente a el y aproveche el momento y mientras trataba de levantarme yo logre sacarle nuevamente la verga la cual introduje rapidamente a mi boca y comence a mamarla de una manera tan frenetica que el se quedo quieto hasta que de pronto se afianzo de mi cabeza y mi boca se lleno de su semen al principio casi me ahogo pues yo esperaba que me levantara y me la metiera, me trague cada gota y luego me levanto y me dijo si podia meterme sola le dije que si y nos despedimos.

Yo entre a la casa con una calentura como pocas veces lo habia sentido asi que tambalenado lleguea la sale y me sente en el sillon y sin pensarlo comence a mansturbarme, me acaricie todo el cuerpo y me quite la ropa quedando totalmente desnuda solo que seguia con una gran excitación por lo que recorde que hacia tiempo mi novio y yo compramos un consolador o vibrador y tenia fotos de el desnudo asi como de los dos cogiendo guardadas en el cuarto de servicio para que no las encontraran, ademas por que nunca habia sido necesario usarlas hasta ahora asi que me levnate tambaleante y me diriji al cuarto de servicio para sacar las cosas y mansturbarme.

Abri la puerta del cuarto y cual fue mi sorpresaque se encontraba el mestro albañil totalmente desnudo sentado en el catre que habia en el cuarto, el cual estaba lleno de ropa interior mia y tenia una foto mia sobre la ropa y en la mano una revista porno mansturbandose, al mirar aquello me quede atonita.

El hombre me miro y yo no sabia que hacer solo me quede mirando su enorme y gruesa verga con la cabeza enrojecida por la erecion, de pronto se levanto y solto la verga que se mantuvo erguida apuntando hacia mi, avento la revista y me dijo: ya nada de esto es necesario, veniste a buscar algo y yo te lo voy a dar, en ese momento reaccione y me di cuenta que yo tambien estaba completamente desnuda, en ese momento senti sus toscas y grandes manos que se apoyaron en mi cintura y me jalo hacia el besandome en la boca y metiendome su lengua yo no supe que hacer, entonces su cuerpo se pego al mi y senti como el erecto pene se incrusto entre mis piernas mientras el seguia besandome el cuello hasta llegar a mis tetas que comenzo a succionar y sus manos se apoderaron de mis nalgas yo trate de alejarlo pero la verdad no tenia las suficientes fuerzas.

El comenzo a apretar mis nalgas hacia su verga que comenzo a tallarme la vagina por el frente mientras que las mamadas de tetas y las sobadas de nalgas comenzaba a surtir efecto en mi hasta que uno de sus gruesos dedos comenzo a acariciarme el culo y senti que las piernas se me doblaban y la excitación me subio nuevamente de golpe, a lo que solo reaccione a abrir las piernas y la verga encontro lugar enmedio de ellas las cerre nuevamente y el tallar de la verga hizo que yo me humedecira como loca.

El albañil me levanto y me tiro literalmente en el catre y se avalanzo sobre mi me sobaba las tetas, me besaba, me mamaba me hacia de todo y yo para entonces ya estaba disfrutando de todo esto hasta que de pronto senti como la gruesa verga se acomo en mis labios vaginales, reaccione nuevamente y trate de evitarlo al tiempo que le decia que no, pues si iba a suceder queria que usara un condon, solo que en ese momento y de un golpe sin dificultad alguna por la gran humedad la verga se abrio paso y senti como el enorme falo llego hasta el fondo de mi, lo que provoco que me arquera, el tipo comenzo el mete y saca afianzado de mis nalagas y a veces de mis tetas yo por el alcohol nuevamente me relaje y pronto comence a pujar y a moverme disfrutando de la verga que tenia adentro. Recuerdo que el albañil me decia:

Que rica estas, hacia rato que queria meterte la verga putita, nada mas andabas de calienta vergas hasta que encontraste lo que querias.

Y no recuerdo que otras cosas mas. Yo segui meneandome aumentando mi calentura hasta que de pronto el comenzo a hacer unos movimentos con los cuales me vine en un gratificante orgasmo, mientras me aferre a su espalda y mi abdomen comenzo a convulsionarse y con las piernas lo aprisione hacia a mi para que no se moviera y lo matuviera hasta adentro.

Lo solte lentamente y comenzo nuevamente el mete y saca yo meti mi mano izquierda entre los dos y le alcance los huevos y la verga y comence a acariciarcelos mientras me la metia lo que provoco que de pronto el tipo se pegara fuertemente a mi cuerpo y con los dientes mordio levemente mi teta y senti como su verga comenzo a llenarme de su leche caliente, senti como mi vagina se llenaba al grado que pense que no cabria mas, el tipo se quedo sobre mi descansando y yo acabe agotada quedandome dormida.

Desperte luego en la madrugada en mi cuarto como a las 2 de la mañana pues sentia algo raro y si, era el albañil que estaba sobre mi, yo me encontraba boca abajo y el metido entre mis piernas, senti nuevamente gran excitación y en ese momento senti dolor, todavia aturdida por el alcohol no lograba coordinar muy bien, volvi a sentir dolor y meti mi mano debajo cuando estaba por tocarme la vagina senti todo el peso del cuerpo del tipo sobre mis nalgas y su verga perforandome, pero por el culo, me estaba cogiendopor donde nunca me habia dejado, yo solte un quejido y voltee tratando de verlo y le dije que lo sacar qu8e por ahi no y que me dolia.

El albañil estaba bastante caliente e hizo caso omiso diciendome: no te quejes no me digas que no te la habian metido por el culo si eres una puta, deja que se te acostubre el hoyito despues lo vas a gozar.

Se afinzo de mis nalgas y comenzo a moverse lentamente hasta que efectivamente luego de un rato de estar sufriendo con la verga tan gruesa dentro de mi culo aflojo y el placer afloro haciendo que en las repetidas embestidas tuviera por lo menos dos orgasmos hasta que nuevamente el culo se me inundo e semen caliente que al sacarme la verga se escurria por los muslos, nuevamente me quede dormida y nuevamnete mas tarde desperte con enorme verga dentro de mi boca el tipo al verme despertar me dijo mamamela y tragate lo que te voy a dar eso si no lo disfrute pues fue muy brusco e hizo que se la mamara sin que la sacar para nada de la boca pues cuando hice el intento le vi intenciones de pegarme, mientras me sobaba las tetas y yo los huevos, luego de un rato la verga estallo llenadome de liquido toda la boca Y la cara y me grito tragatelos todos putita, asi que obedeci al tiempo que comence a espantarme.

Luego se recosto y yo tambien hasta quedarme dormida en la mañana me desperto y nuevamente me cogio hasta que se canso y se vino, yo ya no disfrutaba nada pues tenia un gran dolor de cabeza por la borrachera. El tipo me habar dejado como a las 11 de la mañana luego de que se puso a platicar conmigo como una hora y todo el tiempo me tuvo acariciandole la verga y el mi cuerpo, yo le pregunte que como era posible que me lo hubiera hecho tantas veces y a su edad, me dijo que a parte de que su esposa era bastante fea hacia mucho que no se cogia a una mujer y menos una tan buena como yo lo que hizo que se excitara bastante y que a parte con la ayuda de viagra, me sorprendi bastante pues yo no crei que esa cosa sirviera.

Mas tarde regresaron todos a trabajar y yo ya en la tarde recibi la llamada de mi novio que no llegaria sino hasta el domingo a medio dia, baje a hacerme algo de comer obviamente ya mas tapadita, al entrar a la cocina me dijo el maestro albañil que queria hablar conmigo, salimos de la cocina y me dijo que queria un favor, yo le pregunte que cual y me dijo que queria que cojiera con su hijo el aprendiz de carpintero, que seria su primera vez y me dijo que no me podia negar, del modo en que lo dijo acepte ademas que me excito la idea de hacerlo con alguien pequeño y enseñarle.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Un argentino sediento (8 min.)


Era el cumpleaños de Eva (cumplía 25 años) y no le habíamos preparado nada. Bueno, entre las cuatro le habíamos regalado un teléfono móvil de última generación que nos había costado una fortuna, pero eso no era una fiesta. Habíamos quedado en una cafetería nueva del centro de la ciudad. El regaló le encantó, pero lo cierto es que no consiguió borrar la decepción en sus ojos.

Entonces, mientras el camarero nos servía los cafés, Adriana comentó lo de contratar a un stripper solo para nosotras. Todas nos reímos divertidas, celebrando la típica ocurrencia, cuando se obró el milagro:

" Si queréis yo puedo ayudaros. Precisamente tengo un amigo que se dedica a este tipo de cosas, es un profesional. Y además, argentino, ¿queréis su teléfono?".

El camarero. Creo que ninguna había reparado en él antes, no se puede decir que el chico llamara mucho la atención, así que obviamente nos quedamos mudas. Solo Berta - como siempre: es la más lanzada el grupo – se interesó públicamente por el ofrecimiento.

El chico se fue a buscar el teléfono y todas miramos a Berta.

" Tía, ¿tu estás loca?, ¿es que piensas llamarle o qué!? – le preguntó Yolanda.

"¡Bueno! ¿Y qué perdemos!? Vamos, ¿no os hace la idea...?"

"A mí lo único que me hace es el dinero que tiene que cobrar!!"

"Mira que eres roña...ppssée, que ahí viene..."

Y nos lo dio. Así de simple. Éramos cuatro chicas con el teléfono privado de un stripper argentino. Un caramelito, vaya. Recuerdo que nos quedamos un rato calladas, con el papel del teléfono doblado sobre la mesa, tal y como lo había dejado el camarero. Supongo que todas, como yo, estábamos fantaseando con la idea e llamarle, pero nadie dijo nada.

Al rato, ya cuando los posos del café comenzaban a secarse en el fondo de las tazas, Berta sacó su teléfono del bolso y cogió el papel doblado con el número del stripper.

"Oye, yo creo que deberíamos de llamar...aunque solo sea para saber cuánto cobra..."

Y a medida que marcaba los números , nos íbamos poniendo más nerviosas. Se lo cogió el chico, el argentino, que al parecer se llamaba Ariel. Era muy simpático – Berta más o menos nos iba dando las claves de su conversación, repitiendo sus palabras - . Y cobraba 210 €.

Berta colgó.

" Pues qué queréis que os diga, 210 € no está nada mal, y encima el chico es un encanto...qué me decís, ¿le llamo de nuevo y le contratamos? "

El caso es que a los 5 minutos volvió a llamar a Ariel y quedamos en vernos todos aquella misma noche en la casa de Eva. Total que para qué contar el resto de la tarde, si me la pesé duchándome, eligiendo un vestido, los zapatos, maquillándome, lo típico, pero en lo que invertí más de 4 horas!!... y de milagro que no llegué tarde a la casa de Eva. Ya estaban todas allí, excepto Yolanda, que, al estar ya casada y con un bebé, como que no anda para muchos trotes ultimamente. Así que éramos cuatro: Eva, Adriana, Berta y yo.

Nos servimos unos cuantos martinis para hacer tiempo y tratamos de relajarnos, bromeándo sobre cómo sería Ariel y sobre lo bien dotado que estaría... hasta que tocaron a la puerta. Berta se levantó y corrió a abrirle mientras las demás nos quedamos como clavadas en el sitio, mirándonos en silencio, cómplices, escuchando cómo Berta le abría la puerta, se saludaban, ella le invitaba a pasar al salón, sus rítmicos pasos por el suelo de parqué, hasta que ambos aparecieron por la puerta del salón.

Ariel llegó sonriendo. .. era guapísimo. En fin, supongo que como todos los que se dedican a esta profesión, pero a mí me impactó tanto, que no fui capaz de reaccionar mientras nos halagaba con sus gestos y sus palabras, saludándonos a todas, una por una, hasta que llegó a mi. Noté como se quedaba un poco parado, mirándome con los ojos muy abiertos y, en lugar de besarme como a las demás, en las mejillas, me dio un solo beso en la comisura derecha de los labios, separándose de mi sonriente y mirándome a los ojos fijamente. No sabría explicarlo bien, pero algo había pasado durante esos minutos. No voy a incurrir en la cursilería de decir que se produjo magia entre nosotros, pero desde luego, algo ocurría.

Ya no escuché la música ni las risas de mis amigas, ya ni siquiera veía la habitación ni sus gestos. Solo podía verle a él, ver cómo se desprendía de la ropa a media que bailaba, verle contonearse al ritmo de algo que yo sabía que no salía el equipo de música, sino de su propio cuerpo. Alguien, creo que Adriana, me tocó la rodilla y me la apretó y alguien más, Berta quizás, me comentó entre susurros que si ya había pillado el punto al martini. Ni tan siquiera reconocí su voz, peor sonreí, dije que sí y me dejaron en paz, disfrutando de aquel cuerpo que solo bailaba para mi, aunque fuese a Eva a quien ataba a una silla para bailarle alrededor...

Cuando todo acabó, cuando ya Ariel había mostrado toda su masculinidad desde las más diversas perspectivas, cuando ya habíamos comprobado lo maravillosamente bien dotado que estaba – una polla que decenas de mujeres ya habrían visto contoneándose -, cuando ya Ariel, acompañado por Berta hasta la salida cobró y se marchó, Eva, ebria de alcohol y anatomía masculina sin disfrutar tras el espectáculo, propuso que nos fuéramos de cacería.

Pero yo rehusé, pretexté que estaba muy cansada y me marché a casa. Pero si bien o había llegado aún a mi coche, oí una voz a mis espaldas:

"Tanta prisa tenés que te vas tan pronto...?"

el corazón me dió un vuelco. Ni siquiera me giré. Entonces noté cómo los musculosos brazos que minutos antes había contemplado extasiada, me rodeaban por la cintura y sus labios, los suaves labios de Ariel, me rozaban el cuello desde su base hasta los lóbulos, suave, despacio... con su sexo duro contra una de mis caderas, su respiración despertándome la piel...

Estábamos en la calle, justo entre el portal el edificio de Eva y mi coche. Yo me giré, encarándome a él, y retrocedí unos pasos para apoyarme en mi coche. Ariel no me soltó, sino que sujetándome e la cintura, me alzó y me sentó en el capó. Eso me produjo una sensación muy placentera, ya que había lloviznado por la tarde y el coche estaba húmedo y, claro, yo, al llevar una minifalda elevada a la mínima expresión, me noté el culo resbaladizo y húmedo sobre el frío material. Entonces Ariel me tumbó suavemente y me comenzó a magrear el pecho mientras que con la otra mano trataba quitarme el tanga, lo que no le costó demasiado, de lo precario que era.

" Tenés el mejor coñito que he visto en mucho tiempo, vení..."

Mientras decía esto paso decididamente sus dedos por mis labios , yo no pude evitar un suspiro y que sin querer mi culo se levantase, abriendo un poco mas las piernas (yo me había apoyado con los pies en el parachoques), sus manos al verlo se quedaron quietas un instante y a continuación volvieron a pasearse por mis labios una y otra vez hasta que se introdujeron dentro de mi, para notar mi encharcado sexo, al poco me sobrevino un prematuro pero delicioso orgasmo con una afluencia de líquidos que me chorreaban literalmente por mi entrepierna, y él, con una delicadeza inusual lamía mis líquidos y subía su lengua hasta mi hinchado sexo, al notar sus labios en mi vagina creí morir y con unas convulsiones me llegó sin avisar mi segundo con la consiguiente afluencia de líquidos que fueron a parar directamente sobre la boca de Ariel, que succionaba con fuerza mientras yo hacia esfuerzos por no gritar.

Yo sentía pequeñas convulsiones entre mis piernas, estaba tremendamente mojada.

Ariel se puso de rodillas al borde del capó el coche, levantó mis piernas arqueando las rodillas, y empezó a lamerme los muslos. Los mismos golpes que sentía en el pecho, los sentía en la parte superior de mi sexo... era mi clítoris que estaba hinchado y pronto para recibir su merecido tratamiento.

Ariel fue bajando con su lengua por mis piernas, hasta que llegó a mi sexo. Empezó a darme besos sobre el vello de mi sexo, jugando con su lengua recorriéndome el sexo como podía .A esta altura mis jugos vaginales corrían por mi vagina hacia abajo, se paraban en mi ano y empapaban el coche. Ariel separó con mucho cuidado mis labios vaginales.

Con su mano izquierda separó los labios que recubren el clítoris y empezó a darme pequeños toques con la punta de su lengua. Recuerdo que yo me estremecía de placer, tanto, que Ariel me pidió que me quedara quieta.

Tomó mi clítoris con el labio inferior de su boca mientras que con la lengua lo levantaba y lo acariciaba. Lo tenía aprisionado. Tres veces seguidas sentí esos espasmos tan fuertes, espasmos a los que después les llamaría orgasmos. Luego tomó mi clítoris entre ambos labios y los apretó, como si quisiera mordérmelo, y en forma frenética empezó a mover su lengua de izquierda a derecha a una velocidad alucinante.

Empecé a retorcerme, sentía mi vientre como si estuviera hinchado, y lo que tenía en la vagina eran verdaderas convulsiones. Sentía además dolor en los ovarios porque me había excitado mucho. Cada vez que sentía los espasmos, Ariel me cambió de posición y sin dejar de lamer y relamer mi ardiente sexo me agarró de las nalgas y tiró hacia los costados abriéndomelas, lo que me producía un fuerte dolor, pero fantástico. Sentí como con su dedo mayor de la mano derecha acariciaba en círculos mi ano como si quisiera meterme el dedo pero sin hacerlo, hasta allí había llegado mi jugo, y esa zona era una rara mezcla de sudor y jugo.

Sentí cómo su cabeza se hundía entre mis muslos... contuve la respiración y cuando su lengua se metió entre los labios de mi vulva no pude evitar un grito de emoción, a partir de ahí todo fue como un sueño increíble. Ariel sabía como mantenerlo en su punto exacto, su lengua iba de un lado a otra lenta o rápida haciéndolo crecer y bajar de intensidad y yo pasé a otra dimensión donde solo sentía un intenso placer que jamas me imagine que se pudiera sentir. Me tenía aprisionada, cada orgasmo que me dejaba exhausta, pero no me daba tregua....

Fue entonces cuando, en uno de sus húmedos lametones, oí una risa que provenía del portal. Giré la cabeza y vi a Adriana, con un gesto de malicia deformándole los labios. Yo agarré por la cabeza a Ariel y le separé de mi...

" Ah!! ¡Zorra! Por eso te querías ir tan pronto, ¿eh?..." – me espetó- .

Entonces no tuve por menos que echarme a reír, mientras me encogía de hombros. ...e invitarla a nuestra fiesta privada...

Klara


Hola. Mi nombre es Clara, y lo que voy a contar sucedió hace ya ocho años. Cuando me miro en el espejo me sigo gustando. No es que sea una belleza de relumbrón, pero mis ojos oscuros, grandes y sombreados por largas pestañas siguen teniendo ese brillo que tantas veces me han admirado. La boca es quizús demasiado grande, con labios gruesos y sensuales de los que se reían mis hermanos cuando era pequeña, pero que ahora estún de moda. Mis pechos siguen erguidos, ahora que ya soy madre y que aún han crecido mús. Aún recuerdo mis apuros cuando fui la primera de la clase en llevar sujetador, y el complejo que tuve a causa de su tamaño.

El resto prefiero dejarlo a vuestra imaginación: bastarú con deciros que la inmensa mayoría de los chicos empezaban admirando mis ojos, pero pronto pasaban a querer tocarme las tetas y, en cuanto conseguían esto, a pedirme que se la chupara “con esa boquita de zorra que tienes”.

Sí, algo de eso deben de ver en mí, aunque es cierto que hasta que ocurrió lo que os voy a contar ahora el sexo no tenía un papel muy importante en mi vida. Empecé a masturbarme con catorce años, y rara vez mús de una vez por mes. Ya os he contadolo que en mí veían los chicos. En cuanto me besaban por primera vez las manos se les iban a mis tetas (¡lo que las habré maldecido por ello!), proporcionúndome mús verg¸enza que placer. A los diecisiete años, después de un año saliendo con mi primer novio, Juan, me sentí obligada a perder la virginidad.

Era la última de la pandilla, pero la experiencia no fue nada del otro mundo. No es que lo pasara mal, pero en cuanto el dolor empezaba a desaparecer y estaba a gusto, mi novio se corrió. Con decir que lo hicimos sin condón, os daréis cuenta de lo descerebrados que éramos. Para colmo, no sangré y mi novio no se creyó que no lo hubiera hecho antes. Se lo contó a todo el mundo y eso aumentó una reputación de calentorra que nunca he sabido muy bien en qué se basaba porque no tenía nada que ver con la realidad.

En fin, entre el miedo al embarazo, que Juan me dejó y las cosas que tuve que oír de mis compañeros de clase (casi siempre acerca del volumen de mis pechos o invitúndome a chupúrsela, mús que a otras cosas) no me quedaron ganas de repetirlo. Hasta un año mús tarde. Afortunadamente, dejé el instituto y empecé en la universidad. Como la economía familiar no era demasiado boyante, empecé también a trabajar como canguro. Para ello me dirigí a una agencia. Nunca se me hubiera ocurrido lo que iba a cambiar mi vida aquel trabajo. En efecto, llevaría un par de meses cuando el destino quiso que me contratara un matrimonio formado por dos de mis profesores.

A él le llamaré Carlos. De unos cuarenta años, alto y delgado, y con sienes comenzando a platearse, tenía a la mitad de sus alumnas enamoriscadas de él. Nunca jamús faltaba a clase y era muy buen profesor, pero por supuesto no era eso lo que les (¿debo decir nos? Yo creía que no) atraía. Tenía fama de duro, pero también de justo. Muy agradable, con una voz profunda y varonil, lo mejor de él sin embargo eran unos enormes ojos azules, que te hacían temblar cuando se dirigían a ti.

La mitad de sus alumnas, como ya os he contado, se cambiarían a gusto por, llamésmosle Mercedes, su mujer. Tan alta como él, también delgada pero de mucho peor carúcter, sus alumnos masculinos decían de ella que lo único que era mús admirable que su mal genio era su culo cuando llevaba vaqueros. Al parecer, cuando se volvía para escribir en la pizarra con esa prenda sus alumnos tenían serios problemas de concentración.

En fin, para mí fue tan sorpresa como para ellos el saber que un súbado por la noche me iba a hacer cargo de su hijo. Carlos me reconoció en cuanto me abrió la puerta, y me dirigió una sonrisa de las suyas al reconocerme y llamarme por mi nombre. El niño de apenas año y medio, Pablo, era tan guapo como sus padres, y un verdadero cielo con el que todo era muy fúcil. Llegaron como a las tres y media de la mañana, y como todo fue bien me propusieron que cada vez que necesitaran alguien para cuidar al niño me llamarían directamente y así me pudiera quedar con el porcentaje de la agencia. Cómo no, fue Carlos el que me lo propuso y me faltó tiempo para aceptar. Creo que fue entonces, cuando clavó aquellos impresionantes ojos azules en los míos, cuando empecé a perder la serenidad. Pero aquello era una locura por un montón de razones: no sólo la diferencia de edad, sino que era mi profesor, y para colmo casado con otra profesora… en fin, era inimaginable.

Sin embargo, mis visitas a su casa iban siendo mús frecuentes. Casi todos los súbados salían a cenar o a divertirse, y al final, de común acuerdo con mis padres, acabaron dejúndome una habitación para que no tuviera que irme tan tarde a mi casa después de que ellos llegaran. Creo que recuerdo mi primera fantasía erótica, mi primera masturbación pensando en Carlos. Me lo imaginaba clavúndome sus ojos azules en los míos a la vez que, mús abajo, imaginaba que era su lengua la que recorría el camino de mis dedos. Me lo imaginaba así, gentil, tierno y cuidadoso con mi cuerpo. Fue una paja pasajera, pero tan sabrosa que empezó a ser la fantasía que utilizaba para excitarme. Inevitablemente, me lo imaginaba penetrúndome sin dejar de mirarme fijamente a los ojos…

Yo no podía estar a gusto conmigo misma, me sentía mal, pero mis masturbaciones se hicieron mús frecuentes que nunca. Me preguntaba cómo haría el amor con Mercedes, y me lo imaginaba tierno y delicado. Sin embargo, unos meses mús tarde tuve ocasión de comprobar lo contrario. Como ya os he dicho, me quedaba a dormir en su casa, y una noche sentí unos ruidos apagados, y pensé que era Pablo que tenía una pesadilla. Lo estúis imaginando, claro que sí… me levanté, pero no era Pablo. Los suspiros ibn elevúndose de tono, y ya eran jadeos claros y cada vez mús frecuentes. No debí hacerlo, pero procedían del dormitorio de Carlos y Mercedes y no pude evitarlo. Intentando hacer el menor ruido posible, me acerqué. Tenían la puerta completamente abierta, pero creo que una banda de música completa podría haber entrado en la habitación sin que ellos, o al menos ella, se inmutara. Porque prúcticamente todos los jadeos procedían de la boca de Mercedes.

Puesta a cuatro patas con el culito –aquel culito admiración de la facultad- en pompa, sus manos crispadas intentaban agarrarse a las súbanas sin conseguirlo, y tenía la cabeza completamente hundida en la almohada, intentando ahogar con ella sus alaridos. Pero no podía. Estaba completamente fuera de control, ay, si, si, si… ay si sigue sigue no pares… Su suerpo entero se convulsionaba como si le pasara una corriente eléctrica. No, no por favor… sigue no pares… (ahora sé que justo entonces, con ella al borde del paroxismo, él se había parado precisamente).¡Ah, métemela cabrón, métemela… a tu puta…. A tu puta……gritaba.

No podía creer lo que estaba oyendo de aquella mujer que a todos parecía fría y distante fría y distante… sumida en la desesperación mús absoluta, sólo pendiente de la polla de su marido, pendiente sólo de su placer. Métela otra vez… entera… Entonces (y sólo entonces) Carlos empezó a moverse como un diablo, cogiendo la melena de su mujer y tirando de ella con una mano, mientras con la otra le daba unos tremendos cachetes en el culo. ¡Así, así, asíííííí! El cuerpo entero de Mercedes se crispó mientras su garganta aullaba un orgasmo de una violencia que no hubiera imaginado posible (desde luego, nada parecido a los que había provocado yo ni a Juan ni a otros chicos con mi sexo o mi boquita).

Derrotada, cayó rendida. Por un instante ví su cara, boqueando en busca de aire, y que reflejaba a la vez el cansancio mús enorme y la satisfacción mús exquisita. Y entonces vino la segunda sorpresa. Al caer su cuerpo, dejó al descubierto el punto de unión de sus sexos. Y no era el que yo había imaginado. Sí, había oído que también así se podía hecer el amor, pero pensaba que aquello pertenecía al mundo del porno profesional. Y es que la polla de Carlos no estaba en la vagina de Mercedes, sino en su recto. ¿qué cómo lo sabía? Esa fue la tercera sorpresa.

Aún con Mercedes desfallecida, parte de la descomunal tranca de Carlos seguía aún dentro de su culo. Entonces la sacó, provocando en su mujer un quejido que me pareció mús de dolor que de placer, y es que no era de extrañar: creo que palidecí al ver aquella mole de carne, tan larga, gruesa y llena de venas que, a primera vista, me pareció al menos el doble la de Juan (que no era pequeña).

Vamos, zorra, a trabajar, le dijo. Le dio un cachete aún mús sonoro en el culo y volvió a cogerle del pelo, arrastrúndola por la cama hasta metérsela en la boca. Mercedes intentaba tragar, pero era imposible meterse todo aquello, y mús con la violencia con que Carlos le clavaba la polla una y otra vez. ¡Saca la lengua! Le dijo, y por fin manó la lefa de aquella grandiosa verga: un chorro detrús de otro por toda la cara, la lengua y las tetas de Mercedes. …sta hacía lo que podía por tragar y lamer todo.

Carlos, a mitad de trabajo suspiró pero aún tenía pendiente la última humillación. Se puso de pie y se limpió cuidadosamente la verga con la melena rubia de Mercedes, que seguía sacando la lengua ansiosa en busca de alimento. Y sólo entonces, en ese preciso instante, me miró.

Descarga nuestra aplicacion de chat en google play: https://play.google.com/store/apps/details?id=chat.anonimo11